Sabemos que las personas que queremos se merecen lo mejor, deseamos lo mejor para ellas, admiramos los que consiguen grandes cosas en la vida, sabemos que todos ellos son merecedores de lo que han conseguido o de lo que pueden conseguir. Pero si afirmamos públicamente;»lo mejor es para mí», saltan todas las alarmas de la prepotencia, las de nuestro ego y las de los egos de los demás silenciando nuestro deseo. Y así como lo quiero para todos, lo deseo para mí también. Lo mejor también es para mí.
Terapias a cualquier edad.
Para mis abuelas los tratamientos y masajes eran algo innovador, las primeras veces que les hice algún tratamiento se dejaron por que se lo hacía su nieta, aunque desconfiaban de que fuera efectivo.
Cualquier edad es adecuada para las terapias manuales, aliviar un dolor de espalda siempre es posible, la mejor manera de sentir la efectividad es probándolo, mis abuelas así lo confirmaron ya que se volvió habitual la frase: «nina, ¿que me podrás mirar la espalda?».